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Patrimoni del Camp d’Elx

05-02-2021


Patrimoni del Camp d’Elx

En el Camp d’Elx existen importantes muestras de patrimonio etnológico, elementos, en buena medida, desconocidos por la población y, por tanto, ni valorados ni protegidos – de facto - como sería menester. Desde construcciones, como la propia casa de campo -con porchada a medio día y corrales al norte- y, en su caso, dependencias anejas (almazaras, pocilgas, aljibes…), hasta acequias, azarbes, azudes, tajamares, balsas de cáñamo o bienes muebles… Denominaciones que apenas reflejan una muestra de la riqueza patrimonial tangible (también está la inmaterial…) de las partidas del sur del término, pobladas y transformadas –como es sabido- desde antiguo. Veamos:


Situados perpendicularmente sobre el curso del Vinalopó, los azudes conocidos como dels Moros, d’Argamassa y dels Comuns se construyeron con la finalidad de aprovechar las aguas de avenida que circularan por la rambla. Se trata de riegos de boquera, aprovechamiento del agua característico de zonas áridas y semiáridas que consiste en «derivar de los lechos de las ramblas las aguas de avenida para beneficiar, con ello, a predios próximos a sus cauces»[1]. Estas infraestructuras hidráulicas permanecen en un lamentable estado de conservación, a la espera de investigaciones que arrojen luz sobre su construcción, funcionamiento, beneficiarios, etc.


En cuanto a las balsas de cáñamo, hasta hace unos años, aun sobrevivía, cuando menos, un reducido número de ellas en nuestro término. Pero, ¿para qué servían estas balsas? Tras su siega y posterior secado, en verano, los haces de cáñamo se llevaban a unas balsas en las que se sumergían durante un tiempo variable hasta que, al reblandecerse, las fibras quedaban separadas de los tallos y el cáñamo, según la terminología utilizada, quedaba «cocido» o «en su punto». Posteriormente, se sacaba de la balsa (se «desembalsaba») y se dejaba secar; transcurridos unos días, una vez ya seco, tenía lugar el agramado, que consistía en quebrar los haces con las agramadoras, actividad con la que finalizaban los procesos agrícolas de esta planta[2].


Hace años (2007-2008), integrado en el Proyecto Wadi, en el Departamento de Ciencias del Mar y Biología Aplicada de la Universidad de Alicante, tuve la oportunidad de inventariar un total de ocho balsas dispersas por el Camp d’Elx (tres en Puçol, dos en Asprillas y otras tres repartidas entre Algoda, Matola y Alzabares Bajo), cifra que, con toda probabilidad, se encontraba por debajo de las entonces existentes y que, en cualquier caso, convendría revisar en la actualidad.


Por otro lado, las partidas rurales de nuestra sierra presentan algunos elementos diferentes, como la misma arquitectura de las casas –con la existencia también de casas-cueva en algunos puntos-, muros y otras construcciones de piedra en seco, hornos, azudes, canteras o «minas de agua», entre otros que podríamos mencionar. Un patrimonio, igualmente, desconocido y amenazado, habida cuenta de su pérdida de funcionalidad y de su, por otro lado, difícil encaje en los nuevos usos de algunos parajes, utilizados como espacio para la práctica deportiva, en la que la bicicleta está asumiendo un protagonismo que ya ha tenido su reflejo en los medios[3]. Próximamente, además, se prevé la construcción de un camping denominado ecológico en la pedanía de Santa Ana, territorio que, según la prensa, «saldrá de la nada» gracias a este proyecto empresarial…


Autor: Rafa Martínez, director del Proyecto Pusol.






[1]Morales Gil, A. y Box Amorós, M. (1986): «El aprovechamiento del agua y los suelos en un dominio semiárido: la cuenca del Barranco Blanco, Agost (Alicante)». Investigaciones Geográficas, nº 4, p.7.




[2]Los trabajos del cáñamo se pueden observar cada año en Callosa de Segura y Redován, municipios que, con motivo de sus fiestas patronales, en agosto y septiembre respectivamente, organizan exhibiciones sobre aquellos, protagonizadas, sobre todo, por antiguos trabajadores y trabajadoras. Por lo que respecta al proceso de obtención de la fibra del cáñamo, véase: Albert Lucas, R. F. (1989): La industria del cáñamo en Callosa de Segura (Alicante). Catalogación y estudio de utillajes y otros productos derivados de esta industria artesanal. Alicante, Instituto de Cultura «Juan Gil-Albert», Diputación Provincial de Alicante, p. 40-65, principalmente.




[3] En el verano de 2019, dos mil ciclistas protestaron frente al Ayuntamiento expresando su desacuerdo con las sanciones impuestas por el SEPRONA, al circular por terrenos forestales del municipio. Dos mil… (<www.elche.es> [Consulta: 02/02/2021]).



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